El Campillo ya ha comenzado la redacción del proyecto de localización de las fosas comunes en su cementerio municipal, donde, según testimonios orales y documentados, podría haber sepultadas, como mínimo, 350 personas asesinadas en aquella sublevación del 18 de julio de 1936.
El Ayuntamiento ha adjudicado el plan a la empresa Aratispi Gestión Integral, la misma que ha operado sobre las fosas de Nerva y Riotinto, pero aún no tiene los permisos necesarios para trabajar sobre el terreno.
La primera teniente de alcalde, María Monterrubio, ha asegurado en SER Andévalo y Minas que los expertos tendrán ante sus ojos todo un reto, ya que las características del espacio son bastante particulares, con difícil acceso y donde se desconoce el grado de afección que han provocado las diferentes remodelaciones del camposanto.
María Monterrubio, primera teniente de alcalde en El Campillo:
En este proyecto intervendrán un arqueólogo coordinador, dos arqueólogos auxiliares, un antropólogo y otro antropólogo forense. Se trata de una iniciativa con un hondo calado sentimental, ya que algunos de los represaliados aún tienen a sus familiares vivos.
El Campillo tiene de plazo hasta mayo para ejecutar esta fase y cuenta para ello con una subvención de 14.000 euros, aportada por la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp), aunque Monterrubio asegura que “si, para su conclusión, el Ayuntamiento tiene que cooperar económicamente, lo hará”.
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